Noche estival.
En medio del silencio
cae una fruta.

El sol y el viento
en las sábanas limpias
duermen conmigo.

Quietas palomas,
un chasquido, y las ramas
quedan cimbrando.

Primera helada,
al pie del viejo tilo
yace su fronda.

No alcanza el agua.
La noche enrojecida
suelta dragones.

Se abre en la flor
el contenido beso
de la raíz.

Ramas mojadas,
haciendo reverencia
pasa la gente.

Auto y paloma.
Uno sigue su ruta,
el otro no.

Casa usurpada,
en la acera los bártulos...
y la intemperie.