Siesta de enero.
Junto al tocón reseco
fluye la acequia.

12 Comments:

Anónimo said...

Hermoso haiku,Juan Carlos.La siestas de este enero son tan bravas en Córdoba como lo están siendo en Buenos Aires?.
Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Luezei, por tu visita y tu generoso concepto.
En verdad, en cuanto a calor, Córdoba ya se parece bastante a Buenos Aires. Pero más insoportables son las siestas de San Juan. Pasé Año Nuevo allí y padecimos el rigor de la zona cuyana. Este haiku, precisamente, está tomado de ese paisaje.

Un abrazo, amigo.

Carmen said...

Enero va alargando sus horas de luz en cada nuevo día y el frío va cediendo.
Todo ello junto es una muy buena combinación para dormir una siesta corta después de comer, el que pueda claro.
Un saludo.

Juan Carlos Durilén said...

Así es, Carmen.
Aprecio tu visita y tu comentario.
Lo que ocurre es que por estos lares en que el verano descarga todo su calor agobiador, la siesta se impone como un pequeño alivio.
El haiku evoca esas horas en otra provincia en que lo único fresco es el agua que corre por las acequias.

Gracias.

Un beso.

Josefa said...

Hermoso haiku que me recuerda la siesta en mi Córdoba andaluza. Por supuesto cambiando la fecha. Aquí seria en agosto.

Gracias mi amigo argentino. Por este haiku

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, Josefa.
Por tu visita siempre grata y por tu comentario.
El aquí y ahora de este haiku estival contrasta con el rigor del frío que vosotros estáis padeciendo. ¡Qué bueno que al mismo tiempo podamos hablar de paisajes diferentes...!

Un beso.

Marya jesús said...

Me gusta mucho el contraste del tocón seco y el fluir de la acequia
Juan Carlos, en cuanto a las siestas, esperando las vacaciones en verano para poder disfrutarlas, jajaja, con mi trabajo no me las puedo permitir. Un abrazo amigo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Marya jesús.
Me alegra mucho que el haiku te agrade. Reconforta saber que el momento captado es reconocible.
En cuanto a las siestas ya te tocará el turno de disfrutarlas, jejeje...

Un beso.

ana rosa said...

Precioso este momento Juan Carlos.El calor del verano , probablemente reseco como la madera vieja e inmóvil, en contraste con el fluir lleno de vida de la acequia. Me gusta mucho. Gracias. Ana.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, Ana Rosa.
Por pasar por aquí y detenerte "junto a la acequia".
Me alegra que este momento estival sea de tu agrado y que algo de calor llegue hasta tu invierno...

Un beso.

Rafael Castillo said...

Hola Juan Carlos: Importante este momento de la siesta, pero también ese bonito contraste del tocón seco y el agua necesaria para refrescarse y dar nueva vida.
Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Un placer tu visita, Rafael, tanto como tu amable comentario.
Agradezco mucho que te hayas detenido a dejar tu impresión sobre este haiku estival.

Siempre es grato compartir estos momentos.

Un abrazo.