Anochece.
En los puntos más altos
las luces rojas.

 

7 Comments:

Carlos said...

¿Qué simbolizan, qué son esas “luces rojas”, Juan Carlos? Hay algo aquí que siento que se me escapa 🤔

Juan Carlos Durilén said...

¡Hola, Carlos! Aprecio tu nueva visita y tu duda.

Se trata de las balizas de señalización de color rojo que en los edificios altos, antenas, grúas plumas de edificios en construcción, o en toda otra estructura muy alta, se encienden al anochecer para ser avistadas por aviones o helicópteros. En Córdoba, con un aeropuerto relativamente cercano a la ciudad, estas balizas son obligatorias.

Desde el piso donde vivo es interesante ver cómo se van encendiendo a medida que cae la noche sobre la ciudad. Ese es todo el "secreto" de este haiku, jejeje...

Otro gracias por pasar por aquí y detenerte.

Un gran abrazo, querido amigo.

Carlos said...

Para mí, Juan Carlos, esa indefinición es una debilidad de tu poema. No porque haya que decirlo todo, sino porque el poema debe de decir lo justo para que se despierte en el lector el anhelo por lo bello. Una indefinición excesiva priva al lector del fin que necesita detectar en el poema para orientar su, digámoslo así, deseo (deseo estético) ¿no te parece?
En otras palabras, al poema le faltan las mínimas indicaciones para que el lector detéctelas claves del contexto o tipo de contexto en el que el poema se ha podido escribir y que da la clave de su lectura.
Bueno, es mi modo de entender la poesía... 😉
Gracias en cualquier caso, porque la idea es buena y muy fina, o sea, acorde con tu sensibilidad exquisita, Juan Carlos ❤️

Carlos said...

En otras palabras: me falta una referencia que me sitúe al menos en la ciudad o en la cumbre de esos edificios... 🤔

Juan Carlos Durilén said...

¡Hola, Carlos!

De nuevo, gracias por pasar por aquí y dejar tus tan oportunas como atinadas consideraciones en torno a este haiku.
Es verdad lo que sientes. Quizás una parquedad excesiva del poema al no dar pistas o sugerirlas no permite apreciar su significado. En rigor, al escribirlo pensé que al lector de cualquier ciudad le resultaría familiar ver cómo se encienden esas luces en los edificios más altos; luces que, en realidad, son señales de prevención. Algo que invariablemente ocurre todos los anocheceres. Pensé que resultaría un hecho bastante habitual en la percepción del citadino, sobre todo.

No obstante, debo admitir que al haiku le está faltando una referencia que induzca a una interpretación acorde.

Tomaré en cuenta tus observaciones para no repetir esa carencia.

Un gran abrazo, querido amigo. Y otro gracias.

Carlos said...

Anochece.
En las torres más altas
las luces rojas.

Juan Carlos Durilén said...

¡Bien, Carlos!

Me parece excelente tu sugerencia. Da una pista más concreta y el haiku es más comprensible, sin que pierda su ritmo y su tono.

¡Muchas gracias, amigo!