Viejo edificio.
De su antiguo esplendor
hoy todo escombro.
 
 

2 Comments:

Carlos said...

Desde que leí este haiku tuyo hace más de una semana pensé algo que no se me va de la cabeza, Juan Carlos: ¡se trata de un epitafio! De nuevo un aspecto novedoso del haiku ¿no crees?
La ausencia de verbo alguno es una de las razones de este “carácter” suyo, pero sobre todo el contraste en el manejo del tiempo que resulta de los versos 2 y 3: antiguo frente a “hoy”. Un hoy que resulta tremendo en el contexto del poema, al menos para mí. Un “hoy” demoledor... nunca mejor dicho.
Más o menos.
Gracias, como siempre 😉

Juan Carlos Durilén said...

¡Cuánta razón tienes, Carlos, cuando dices que el haiku se identifica plenamente con un epitafio! Es verdad.

No se me había ocurrido, pero ahora que tú lo señalas quizás haya sido eso mismo lo que sentí frente a ese triste espectáculo.

Gracias, amigo.
Un abrazo.