En lo formal, y en una síntesis de las definiciones consagradas, podemos decir que haiku es una expresión poética de origen japonés que, tradicionalmente, basa su estructura en un total de 17 sílabas, distribuidas en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, respectivamente, sin rima, con un lenguaje sencillo, sin refinamientos retóricos, pero sin caer en lo vulgar.
Su contenido y razón de ser está dirigido a captar el instante en esa relación hombre-naturaleza (incluido el entorno humano) que llama la atención del poeta y que, por minúsculo que parezca el hecho, esté asociado a lo trascendente dentro de ese incesante devenir en que lo efímero es lo único permanente.
Flores de almendro.
Colgado el viejo abrigo
suma otro invierno.
Matsuo Bashō (1644-1694), considerado el “padre del género”, por haber dotado al haiku de espiritualidad y valor estético, lo definía como aquello que sucede en este lugar, en este momento. No obstante, el término, tal como lo empleamos actualmente, fue acuñado de manera definitiva por Masaoka Shiki (1867-1902). Históricamente, deriva del haikai-no-renga, que era una composición encadenada de propuestas y respuestas en verso, practicada por grupos de poetas, y de hokku que era la denominación que recibía la primera estrofa de esa sucesión.
El haiku, por lo general, debe contener “kigo”, que es una referencia a la estación del año, según lo exige la escuela tradicional. Actualmente, en un marco de diversidad que supone su difusión a escala mundial, se ha extendido la práctica de lo que podríamos llamar “haiku libre”, una corriente que, tanto dentro como fuera de Japón, no se somete a los preceptos clásicos e introduce, además, temas de orden urbano, social, humorístico(1), etc.
Aun así, todo haiku debe contener el llamado “espíritu del haiku” que, esencialmente, es lo que le da el carácter de tal, le confiere valor poético y se lo reconoce como género.
(1) En un sentido estricto, “hai” significa “divertido, cómico”, aunque el uso del término ha perdido vigencia, pasando a ser “haiku” el equivalente de poema de 5-7-5 sílabas.
2 Comments:
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No sé cuándo has escrito este artículo, Juan Carlos, pero me extraña que hasta ahora no haya habido ni un sólo comentario.
Nunca antes había leído un texto explicativo que contenga en sí el olor de su objeto, en este caso, del haiku.
Gracias, Juan Carlos.
Konstantin
Gracias a ti, Konstantin, por tu generosa y precisa observación.
Ignoro cuántos pueden o no haberlo leído, y si les ha resultado útil o atractivo. Efectivamente, ho ha habido comentarios, hasta ahora, pero, sería un placer saber que les ha sido de provecho, y tu sola visita ya es valiosa para mí. Con ello estaría cumplido el propósito.
De nuevo, gracias.
Un abrazo.
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