Tela de araña.
Diminutos cadáveres
hamaca el viento. 

8 Comments:

Mirta Gili said...

Un haiku cruel, por lo de "cadáveres", pero solo se trata de alimentarse para sobrevivir, lo demás lo elabora nuestra mente.

Este fin de semana fui espectadora junto a mi hijo del momento previo a lo que relatas, te acompaño


Lucha de arañas.
A medio envolver
la mariquita


Te abrazo muy fuerte. Cuidate !!!
Besosss

Juan Carlos Durilén said...

¡Qué alegría tu visita, Mirta!
Sí, es cierto lo que dices. La vida no repara en nuestras connotaciones en torno a la muerte.
Es parte de la vida misma.
¡Y qué casualidad que ambos hayamos puesto nuestra mirada en esa dirección!

Gracias por tu haiku relacionado y tus saludos.

Otro abrazo.

Unknown said...

Todos presos,
vivos y muertos.
Enredados

Un abrazo

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Jan, por tu visita.
Y gracias también por la reflexión que tus versos inspiran.
Espero seguir contando con tu compañía.

Otro abrazo para ti.

mercè said...

acabo de descubrir el mundo del haiku
y lo encuentro apasionante:
presentar una imagen en tres cortos versos !!
en este tuyo se ve brillar los tenues hilos de la muerte... MARAVILLOSO !!!

Juan Carlos Durilén said...

¡Bienvenida, Mercé, al mundo del haiku!
Muchas gracias por tu visita, tus hermosas palabras y por sumarte a los Seguidores de este espacio.
Es un honor y un placer contar con tu compañía.
¡Bellísima esa entrada que has publicado en tu blog! ¡Enhorabuena!
También he añadido tu enlace.

Un fuerte abrazo.

Claudia Bakún said...

me parece un haiku grandioso: son lo que son:cadáveres diminutos, más allá de las causas entendibles de la sobrevivencia, como bien dice Mirta...
me gusta ese contraste entre el viento que hamaca la tela, con inocencia...y lo que ella contiene.
Un abrazo grande

Juan Carlos Durilén said...

¡Gracias, Claudia!
Por esta afinidad que nos acerca este haiku, expresada en tu amable comentario.
Es muy grata tu compañía.

Un beso.