Aprecio mucho tu compañía y tu palabra tan particular, amigo Ermitaño. Quizás a nosotros nos cuesta aprender la lección. Las hojas y la lluvia la saben.
Qué hermoso, Juan Carlos: el silencio de las hojas, nuestro propio sentimiento en espera, aguardando algo, y la lluvia que cae, que vuelve a caer, como un rito... Hace unos días vivía yo experiencias similares, en la Sierra... Un abrazo.
Gracias, Rafael. Esa circunstancia semejante experimentada por ti, hace que la sustancia del haiku encuentre el espacio adecuado en tu memoria y en tu vivencia. Puedes así, sumarle tu propia visión, revivirla de algún modo.
Gracias, como siempre, por tu compañía y tu hermoso comentario.
¡Qué alegría tu visita, Verónica! Gracias por tu amable comentario. Procuro, siempre que puedo, darme una vueltita por los espacios de la gente amiga. Es un modo de acompañarnos y de disfrutar de todo lo bueno que hay en cada entrega.
Un estado especial de profunda sensibilidad,el color de las hojas caídas y esa lluvia que llega una vez más nos comunica un movimiento interno entre la vida y la muerte,todo volverá a renacer...Gracias haijin por compartir tu mirada.
Muchas gracias, Bibi. Tu comentario, sin duda, aporta una visión completa de lo que intenta trasmitir el haiku. Es hermoso hallar ese eco en tu sensibilidad, siempre atenta, siempre viva. Aprecio mucho tu compañía, querida amiga.
¡Gracias, Gloria! Es hermoso lo que dices. Trasladar la mirada y que otro espíritu atento experimente lo mismo, creo que en ello reside el sentido del haiku: la vivencia. Aprecio mucho tu nueva visita, fiel amiga.
¡Qué te puedo decir Juan Carlos, que ya no te hayan dicho otros visitantes, compañeros y amigos de la ruta del haikú. Simplemente y con toda sencillez decirte que admiro tu arte, tu sensibilidad y tu hacer literario. ¡HERMOSO HAIKU!
Aprecio mucho tus palabras tan amables, Verónica. Es estimulante y alentador saber que estas miradas, sencillas y cotidianas, tienen su correlato en las sensaciones que otros comparten. Siempre digo que todo haiku se completa cuando el lector se siente partícipe, consustanciado con lo propuesto. Entonces, como en este caso, esa sintonía es puente y reciprocidad.
¡Cuánto me alegra tu visita, Claudia! ¡Y qué placer compartir contigo estos momentos que el otoño depara! Compartirlos con esa sensibilidad que te es propia y que permite esta sintonía.
20 Comments:
¡Qué manera de transmitir!
Un deleite leerte.
Besos.
Muchas gracias, Ana.
No sabés cuán feliz me hace saber que el haiku puede lograr esa afinidad, ese sentimiento compartido.
La intensidad de tu comentario lo expresa todo.
Nos seguimos leyendo. Un beso.
Querido amigo:
Sus versos son una hermosa observación de lo que hay a su alrededor.
Un saludo grande desde el silencio en el que por estos días habito.
Namasté!!! _()_
Con frecuencia llueve sobre mojado..., (quizás, porque no aprendemos la lección). Un abrazo, Juan Carlos.
Agradezco la visita y el hermoso comentario, J.C.
Espero que tu silencio se haya sentido acompañado por este haiku.
Lo bueno de compartir. Gracias.
Un abrazo.
Aprecio mucho tu compañía y tu palabra tan particular, amigo Ermitaño.
Quizás a nosotros nos cuesta aprender la lección. Las hojas y la lluvia la saben.
Otro abrazo.
Qué hermoso, Juan Carlos: el silencio de las hojas, nuestro propio sentimiento en espera, aguardando algo, y la lluvia que cae, que vuelve a caer, como un rito... Hace unos días vivía yo experiencias similares, en la Sierra...
Un abrazo.
Gracias, Rafael.
Esa circunstancia semejante experimentada por ti, hace que la sustancia del haiku encuentre el espacio adecuado en tu memoria y en tu vivencia. Puedes así, sumarle tu propia visión, revivirla de algún modo.
Gracias, como siempre, por tu compañía y tu hermoso comentario.
Un abrazo.
Hola Juan Carlos, después de unas breves vacaciones he retornado con renovada energía, precioso haiku, gracias por siempre visitar mi Jardincito!
¡Qué alegría tu visita, Verónica!
Gracias por tu amable comentario.
Procuro, siempre que puedo, darme una vueltita por los espacios de la gente amiga. Es un modo de acompañarnos y de disfrutar de todo lo bueno que hay en cada entrega.
Un beso.
Silencio...
Un estado especial de profunda sensibilidad,el color de las hojas caídas y esa lluvia que llega una vez más nos comunica un movimiento interno entre la vida y la muerte,todo volverá a renacer...Gracias haijin por compartir tu mirada.
un beso
Muchas gracias, Bibi.
Tu comentario, sin duda, aporta una visión completa de lo que intenta trasmitir el haiku.
Es hermoso hallar ese eco en tu sensibilidad, siempre atenta, siempre viva.
Aprecio mucho tu compañía, querida amiga.
Un beso.
!! Hoy en las calles de Pacheco, se reflejaba tu Haiku !!!! Hermosísimo, como siempre.
Un abrazo
¡Gracias, Gloria!
Es hermoso lo que dices. Trasladar la mirada y que otro espíritu atento experimente lo mismo, creo que en ello reside el sentido del haiku: la vivencia.
Aprecio mucho tu nueva visita, fiel amiga.
Un beso.
¡Qué te puedo decir Juan Carlos, que ya no te hayan dicho otros visitantes, compañeros y amigos de la ruta del haikú.
Simplemente y con toda sencillez decirte que admiro tu arte, tu sensibilidad y tu hacer literario.
¡HERMOSO HAIKU!
mi cariño y admiración,
Verónica
Aprecio mucho tus palabras tan amables, Verónica.
Es estimulante y alentador saber que estas miradas, sencillas y cotidianas, tienen su correlato en las sensaciones que otros comparten. Siempre digo que todo haiku se completa cuando el lector se siente partícipe, consustanciado con lo propuesto. Entonces, como en este caso, esa sintonía es puente y reciprocidad.
Muchas gracias, amiga.
Otro beso.
Sencillamente precioso
Un abrazo
j
Muchas gracias, Unsui.
Aprecio mucho que el haiku despierte tal énfasis en tu sentimiento.
Nos seguimos acompañando.
Un gran abrazo.
esa mirada otoñal, tan sensible y elocuente...¡un abrazo, juan Carlos! Ya lo he dicho: cada día escribe y siente usted mejor
¡Cuánto me alegra tu visita, Claudia!
¡Y qué placer compartir contigo estos momentos que el otoño depara!
Compartirlos con esa sensibilidad que te es propia y que permite esta sintonía.
Muchas gracias, amiga.
Un abrazo.
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