Bebe un gorrión.
En la pared umbrosa,
ondas de luz.

23 Comments:

gorka said...

Luz que todo lo llena...
Gracias JC _/\_

Ana said...

Precioso, Juan Carlos, sencillamente precioso.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, amigo Gorka.
Tu comentario es como otro haiku: breve y sustancioso.
Aprecio tu paso por aquí y que te detengas a dejar tu impresión.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Ana.
El placer de contar con tu compañía, y con tu palabra que es siempre un estímulo para continuar.

Otro abrazo a ti.

Mirta Gili said...

La pequeña intervención... también es capaz de provocar luz en las sombras.

Muy bello, Juan Carlos

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Mirta.
Muy oportuna tu observación.
De eso se trata, precisamente. Y de eso se nutre el haiku, tal como te ocurre a ti y que tan bien expresan tus composiciones. Esas pequeñas intervenciones que generan episodios tan fugaces como espléndidos.

Un beso.

Anónimo said...

Hola Juan Carlos.
Asi como el gorrión bebe de la umbrosa pared, vengo a beber de la hermosura de tus haikus, y espero me den suficiente luz para que un día, pueda sacar uno decente.
Un abrazo.
Ambar

Juan Carlos Durilén said...

No me cabe duda, Ambar, que lo lograrás. Tienes las herramientas para hacerlo y también tu particular interés en acercarte a quienes procuramos aproximarnos al haiku. Creo que no estamos marcando un camino. Cada uno hace el propio, pero nos acompañamos, compartimos, aprendemos...

Gracias, amiga, por estar siempre allí y por tu sinceridad.

Otro abrazo.

Leti Sicilia said...

Bellísimo instante el que compartes Juan Carlos, gracias.

Un beso.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Leti.
Me reconforta saber que lo experimentado halla esa afinidad tan especial en tu espíritu.

Como siempre, tu visita es muy grata para mí.

Un beso.

Josefa said...

Querido Juan Carlos: Anciosa de saber paso por aquí, para inspirarme en tus hermosos haikus.
El gorrioncillo es como las pequeñas cosas de la vida que aunque pequeñas iluminan por donde pasan.
Un beso querido amigo

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Josefa.
Es verdad lo que dices. Pequeños y con su modesto plumaje, los gorriones nos alegran. El haiku hace referencia a ello, precisamente. Les arrojamos semillas todas las mañanas y bajan al patio gorriones y palomas medianas. Es para nosotros motivo de alegría ver cómo se alimentan y cómo beben y se dan un baño en el bebedero. Sencilla felicidad.

Agradezco tus visitas, amiga.

Un beso.

Xaro La said...

Bellos instantes, de simpatía y luz.

Gracias por mostrarlos

Besitos Juan carlos

Juan Carlos Durilén said...

Como siempre, un encanto tu compañía y tus palabras, Xaro.
Muchas gracias.

Continuamos el camino.

Un beso.

Rafael Castillo said...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rafael Castillo said...

Me encanta la fina y sutil poética de este haiku, sus ondas de luz me penetran.¡Precioso!, amigo Juan Carlos. Todo lo que escribes, me llega y me encanta. Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Rafael.
Doblemente agradecido por tu visita y por tu comentario, tan cálido como entusiasta.
Sin duda, cuento con tu sensibilidad de poeta y artista para que el haiku llegue como lo refieres. Eres muy generoso, amigo.

Un fuerte abrazo.

ADMINISTRADOR said...

Bebe un gorrión.
En la pared umbrosa,
ondas de luz.


Precioso, kotori.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Mercedes.
Un placer tu visita y una íntima satisfacción comprobar esta afinidad que el haiku propicia.

Un abrazo, amiga.

Anónimo said...

Un instante captado con precisión y expresado sutilmente,me gusta mucho,Juan Carlos.
Un abrazo

Juan Carlos Durilén said...

Aprecio mucho tu generoso comentario, Luezei. Muchas gracias.
Ambos vamos en esa misma dirección.
Me alegra compartir este instante y valoro que te hayas detenido a dejar tu impresión.

Un fuerte abrazo, amigo.

Gloriab said...

Maravillosa estampa, muy tierna Juan Carlos y mil gracias por compartilo con tus seguidores.
Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, Gloria.
Una alegría muy especial tu compañía y tus palabras.
Creo que en ese compartir, precisamente, cobra sentido y razón de ser el haiku.

Otro abrazo.