Árbol sin hojas.
Sobre el cauce reseco
su sombra escasa.

16 Comments:

Kairi said...

Tan bonito como todo lo que escribes. Un placer leerte. Saludos.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Encarni.
Me complace saber que te agradan mis composiciones; pequeños testimonios de lo vivido y percibido.

Aprecio tu compañía, amiga.

Un beso.

Ana said...

Del árbol sin hojas, su escasa sombra sobre la tierra resquebrajada...

Una gozada de haiku. Felicidades por saber mirar y transmitir.

Un beso.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Ana.
Aprecio mucho tu comentario, por la afinidad que supone con lo experimentado.
Una afinidad que pone de relieve tu sensibilidad de poeta, compañera de este camino.

Otro beso.

Josefa said...

Precioso haikus: Gracias por compartir el instante.

Juan Carlos Durilén said...

Aprecio tu visita y tus palabras, Josefa. Un placer compartirlo.
Gracias a ti por tu constante compañía.

Un beso.

momiji haiku もみじ said...

Muy bueno. Casi resuena como una onomatopeya "cauce reseco sombra escasa".
Me gusta mucho el ritmo que transmite.

Un abrazo Carlos

Juan Carlos Durilén said...

Valoro mucho tu concepto, Félix.
Gracias.
Surgió, diría, como una "espontánea aliteración".

Nos seguimos acompañando.

Un abrazo, amigo.

Leti Sicilia said...

Hermoso haiku: escasas las hojas y las sombras pero no las sensaciones que transmite, que son muchas.

Gracias Juan Carlos.

Un cariñoso abrazo, buen fin de semana.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Leti.
Una alegría especial tu visita. Gracias, también, por esa constancia.

El haiku y la foto, una triste postal de nuestro norte cordobés, donde muchas veces la sequía genera estas escenas.

Lo mismo para ti, amiga: un buen fin de semana.

Otro abrazo.

Anónimo said...

Que me pasó, no lo sé, creo que el tiempo se me escapa de las manos, y casi pierdo esta bella escasa sombra del sauce reseco que volverá a brotar con la nueva primavera, aquí ya empieza a florecer pero el tiempo sigue siendo frío y lluvioso, hace falta sol, bendito sol.
Amigo Juan Carlos, gracias por estas bellezas.
Un abrazo.
Ambar

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Ambar.
Tú, siempre tan atenta en tus comentarios. Un placer tu compañía.
Ese sol pronto aparecerá por allí para iluminar y entibiar la flamante primavera.

Por estos lares, los ocres y amarillos ya nos anuncian el otoño: otra hermosa estación...

Un beso, amiga.

Xaro La said...

La mirada del haijin que se detiene en la sombra del árbol sin hojas que le emociona y asombra creando este magnífico haiku.

Gracias por compartir esta maravilla

Un abrazo amigo JC

Juan Carlos Durilén said...

Aprecio tu compañía, Xaro, y el modo que recreas el momento que dio origen al haiku.

Me alegra poder compartirlo.

Un beso, amiga.

Unknown said...

Me entristece ese árbol sin hojas. Pero qué lindo haiku !!

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, María del Carmen.
Es cierto. La sequía tiene estos paisajes sumamente tristes.
Pero, son partes inevitables de los ciclos de la naturaleza que, a veces, les llamamos caprichos...

Un beso, amiga.