Amanece.
En las flores marchitas
también rocío.

22 Comments:

gorka said...

Y es que las perlas son para lo bello y para lo no tan bello...
Lo sagrado no hace distinciones entre bonito y feo.

Un abrazo amigo.

Anónimo said...

Hola mi querido amigo Juan Carlos.
Amanece
otro nuevo día
humedecido

Preciosos tus haikus, que volveré a leer con mas tranquilidad y disfrutar de su profundo sentido.

Estos días han sido un poco difíciles para mí, perdona mi ausencia.
Que la esperanza siempre florezca en el jardín de tu alma y tu corazón se llene de los colores del arcoíris.
Gracias por caminar a mi lado en este complejo mundo invisible.
Un abrazo.
Ambar

Leti Sicilia said...

Precisoso haiku. Se percibe la belleza de la escena y transmite multitud de sensaciones al leerlo.
Gracias una vez más por compartir estos lindos momentos.

Un cariños abrazo.

nubeaguablog said...

Precioso todo la foto y el haiku!!!
Un abrazo
j

Unknown said...

¡Qué belleza de haiku !!!Las perlitas de rocío hacen equilibrio sobre las ramas. ¡Me encantó !
Besos.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Gorka.
Siempre aportando tus pensamientos oportunos y objetivos en torno a la significación profunda que recogemos a nuestro paso.

Otro abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Ambar, querida amiga.
Aprecio mucho tu visita y tus palabras, particularmente en estos momentos algo difíciles para ti.

Sigue contando con mi afecto y mi compañía.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Leti.
Valoro mucho tus palabras. Me alegra que aquello percibido se pueda transmitir con igual intensidad.

Eres muy atenta.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Unsui.
Es un placer compartir estos momentos, sabiendo que hallan eco en la sensibilidad de mis amigos.

Otro abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, María del Carmen.
Me alegra que estas escenas tan sencillas como maravillosas que la naturaleza nos ofrece, puedan ser compartidas. Todo está allí, tan cercano a nosotros y en nosotros...

Un beso, amiga.

Kairi said...

Muy bello. Me encanta el rocío. Saludos.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Kairi, por tu compañía y tu comentario.
La naturaleza nos deja estas "joyas" que todo lo embellecen...

Un beso.

Belén Rodríguez said...

Hoy me sugieres esperanza, motivación...
El rocío no discrimina donde posarse para humedecer y dar vida a lo que toca.
Precioso.
Besos.

Juan Carlos Durilén said...

Así es, Belén.
Gracias por tu renovada compañía y por tu pensamiento tan lleno de sentido y profundidad.

Celebro que el haiku te sugiera esperanza...

Un beso, amiga.

Josefa said...

Juan Carlos: Gracias por tu comentario en el blog de Josefa. Si por casualidad pasas de nuevo por allí. Puedes ver la traducción de los haikus en catalan en un comentario dejado por Cristina.
Que velleza son las gotas de rocio de tu haikus. Precioso.

momiji haiku もみじ said...

Preciosa foto y precioso haiku. También también en lo marchito, sobre todas las cosas...

Un abrazo

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Josefa.
Yo sólo pongo las palabras, la naturaleza pone lo bello.

Acabo de pasar por tu blog, amiga.
Gracias por la traducción de Cristina.
He dejado un nuevo comentario.

Otro abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Félix, por pasar por aqui y detenerte.

Valoro, como siempre, tus palabras.
Es verdad: esa generosa ecuanimidad de la naturaleza en todas sus manifestaciones...

Un abrazo.

Luján Fraix said...

Qué linda imagen para acompañar el haiku. Belleza pura, el rocío me recuerda tantas cosas; mi adolescencia cuando iba a la escuela por la mañana temprano.
Precioso Juan Carlos.
Besos

Xaro La said...

No tengo palabras para expresar la belleza de tu haiku,me encanta

Un abrazo amigo JC

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Luján.
Siento placer cuando compruebo, como en este caso, que el haiku y la imagen pueden evocar ese hermoso recuerdo de tu adolescencia.
Es grato compartirlo.

Aprecio tu compañía, amiga.

Un beso.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Xaro.
Eres muy generosa, lo repito.
Valoro tu visita, tus palabras y, sobre todo, esta afinidad que permite todo un flujo de sensaciones.

Nos seguimos acompañando, amiga.

Otro abrazo.