Día de campo.
Mientras rumia, una vaca
nos mira atenta.

6 Comments:

Renacer said...


Sencillo y perfecto;

Es como si yo misma estuviese en esa situación.

Gracias maestro.



Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Rosamaría.
Me alegra que esta escena campestre y sencilla la sientas como propia.
Me satisface que así sea.

Un abrazo, amiga.

Alberasan said...

Hola Juan carlos. La mirada indolente de la vaca, pero no del haijin. Con sencillez queda recogida la magia de ese cruce de miradas... y yo me pregunto: ¿rumiará palabras la vaca?

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muy buena tu pregunta, Alfredo, jejeje...
Es posible que rumie algún mugido con sabor a pasto, jejeje..., pensando: ¿y éstos, qué miran?

Gracias por pasar y dejar tus impresiones. Un placer tu visita.

Otro abrazo, amigo.

Xaro La said...

Un simpático haiku, me ha hecho sonreír, me pregunto llevabais algo verde?jajaja

Un fuerte abrazo amigo JC

Juan Carlos Durilén said...

Seguramente tendríamos aspecto de hierbas tentadoras, jejeje...

Gracias, Xaro, por tu buen humor. Algo de él es saludable en el haiku.

Un abrazo, amiga.