Luna empañada.
Mientras los niños juegan
las sierras arden...

12 Comments:

Unknown said...

Eres un maestro en el haiku, pero hoy "te pasaste" como decimos acá vulgarmente. Tus versos dibujan la realidad, el momento y me has enseñado que de eso trata el haiku.
¡¡Precioso !!
Ojalá se solucione el problema del fuego en tu provincia. Pidámosle a Dios , recemos ...
Un abrazo inmenso. :)

Alberasan said...

El juego de unos niños sin ser consciente de esa Luna empañada... Me gusta esa palabra “empañada” porque eso le sucede a los ojos cuando lloran y eso es algo muy humano. Duro ese tercer verso que nos descifra “el llanto” de nuestro satélite...
Un haiku en toda su enormidad. Y aunque pueda sonar raro, me gusta, quizás porque en el fondo tengo alma de niño y aunque se queme el mundo no pierdo las ganas de jugar...

Un afectuoso abrazo, amigo Juan Carlos.

PD mis mejores deseos para tu Córdoba querida

Juan Carlos Durilén said...

Encantadora, como siempre, querida María del Carmen.
Me alegra que el haiku haya llegado a ti tan profundamente. Me dolió el escribirlo, pero es parte de nuestra realidad inmediata.
La solución puede venir del cielo en forma de lluvia. Pero hay mucho perdido imposible de recuperar. Es muy doloroso.

Valoro tu compañía y tus buenos deseos.

Un abrazo, amiga.

Juan Carlos Durilén said...

Hermoso tu comentario, querido Alfredo. Me has conmovido.
Es verdad lo que afirmas. Veía a esos niños jugar en la noche templada, ajenos por completo a la tragedia que no muy lejos de aquí provocaba el fuego. Desde la ciudad se podía ver la sierra iluminada por las llamas incontenibles. Sensación de impotencia. Lejano testigo del desastre. Pero, en fin, también pasará...

Gracias por tu compañía y tus palabras, amigo. Tú sabes cuánto las aprecio.

Un fuerte abrazo.

Leti Sicilia said...

La inocencia infantil, ajena al fuego y sus secuencias, y esa luna empañada por el humo o tal vez por las lágrimas de quién observa la tragedia. Un gran haiku Juan Carlos.

Espero que pronto llegue la ansiada lluvia a esa tierra dañada.

Un cariñoso abrazo amigo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Leti.
Siempre es duro y desolador este cuadro que, pese a todo, se repite.
La naturaleza, una vez más, restañará estas heridas. Agua y fuego en esta tierra que todo lo soporta y lo asimila, incluido el humano, como parte inseparable.

Otro abrazo, amiga. Gracias por pasar y detenerte.

gorka said...

Gran haiku, Juan Carlos.

Los niños, siempre en el presente, no saben de tragedias. Y es que, como dices, aunque duela también pasará...

Espero que os llueva.

Un abrazo _/\_

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Gorka.
Reconforta saber que algo transmite el haiku, y reconforta aún más tu compañía y tus palabras.

La lluvia, para volver a empezar...

Otro abrazo, amigo.

Josefa said...

Hermoso haiku que me ha recrdado los fuegos provocdos en Galicia ESPAÑA) Juan Carlos a causa de una caida estoy con el brazo derecho en cabestrllo por lo que me cuesta escribir. Poco a poco voy visitando a mis queridos seguidores.
Un abrazo.
FELICIDADES POR ESE ENCUENTRO.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Josefa, por pasar y detenerte.
Lamento lo de tu caída y las consecuencias. Valoro aún más tus palabras.
Deseo que pronto te repongas, amiga.

Un abrazo ¡con cuidado!, jejeje...

Xaro La said...

Qué hermoso Juan Carlos, esa luna empañada por el humo, el juego de esos niños, quizás ajenos al drama de los bosques que arden... un conjunto de cosas que has plasmado tan bellamente... lo leo y releo y siento cierta tristeza, también mis ojos se empañan, también tú con este haiku tocas la fibra

Muchos besos querido amigo JC

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Xaro.
Siempre tan generosa en tus conceptos.
Me alegra que el haiku haya ahondado en ti de tal manera, y me apena al mismo tiempo lo que lo ha provocado.

Ayer ha nevado sobre toda las zonas quemadas. Un paisaje desolador...

Un fuerte abrazo, amiga.