Querido Juan Carlos, este haiku me ha traído recuerdos, y como cada recuerdo de mi niñez y este para colmo, de Córdoba! me trae felicidad me vienen a la memoria los paseos en familia durante las noches de nuestras vacaciones, mi padre diciéndome que si estiraba la mano hacia el cielo, casi casi podría tocar las estrellas...y tenía razón, parecían tan grandes, y tan cerca de la tierra, y tantas!!! y una anécdota :) una tarde, casi anocheciendo, íbamos a la vuelta de la casita que habíamos alquilado, a comprar al almacén, y un murciélago pequeñito, me dio unas vueltas por sobre la cabeza! :)
qué lindo poder encontrar belleza en todo, verdad? un abrazo enorme!
Hermoso recuerdo, Claudia. Gracias por compartirlo y enriquecer lo que el propio haiku puede inspirar. Es verdad lo que dices: la belleza puede estar presente en las cosas más simples y cotidianas.
Juan Carlos, no me di cuenta de invitarte a ver el último post de blog, hay una foto justito de esas vacaciones en Córdoba, yo a mis cinco años, junto a mi papá, en una piedra en las sierras de Córdoba, sinceramente no recuerdo bien el lugar espero que te guste :) un gran abrazo!
Cuántos contrastes nos traes en este haiku Juan Carlos, unos se activan con la oscuridad otros duermen para despertar al amanecer, movimiento y quietud y la mirada del haijin que capta y transmite esos momentos que la naturaleza revela
Hermoso tu comentario, querida Xaro. Muchas gracias. Tal como tú lo expresas: la naturaleza parece no descansar, con sus criaturas diurnas y nocturnas. Y nuestro regocijo de poder ser testigos de esas maravillas.
8 Comments:
Querido Juan Carlos, este haiku me ha traído recuerdos, y como cada recuerdo de mi niñez y este para colmo, de Córdoba! me trae felicidad
me vienen a la memoria los paseos en familia durante las noches de nuestras vacaciones, mi padre diciéndome que si estiraba la mano hacia el cielo, casi casi podría tocar las estrellas...y tenía razón, parecían tan grandes, y tan cerca de la tierra, y tantas!!!
y una anécdota :) una tarde, casi anocheciendo, íbamos a la vuelta de la casita que habíamos alquilado, a comprar al almacén, y un murciélago pequeñito, me dio unas vueltas por sobre la cabeza! :)
qué lindo poder encontrar belleza en todo, verdad?
un abrazo enorme!
Hermoso recuerdo, Claudia.
Gracias por compartirlo y enriquecer lo que el propio haiku puede inspirar.
Es verdad lo que dices: la belleza puede estar presente en las cosas más simples y cotidianas.
Otro abrazo, amiga.
Juan Carlos, no me di cuenta de invitarte a ver el último post de blog, hay una foto justito de esas vacaciones en Córdoba, yo a mis cinco años, junto a mi papá, en una piedra en las sierras de Córdoba, sinceramente no recuerdo bien el lugar
espero que te guste :)
un gran abrazo!
http://lenalondra.blogspot.com.ar/2014/02/veinte-anos-no-es-nada.html
Gracias, Claudia.
Visitaré tu blog.
Sin duda, son recuerdos que quedan grabados más allá de las fotos.
Va otro abrazo, amiga.
Admiro las personas que saben decir tanto con tan pocas palabras. Enhorabuena
un abrazo
fus
Muchas gracias, fus, por tu compañía y tus palabras.
Me alegra mucho saber que los momentos compartidos llegan de tal modo.
Un gran abrazo.
Cuántos contrastes nos traes en este haiku Juan Carlos, unos se activan con la oscuridad otros duermen para despertar al amanecer, movimiento y quietud y la mirada del haijin que capta y transmite esos momentos que la naturaleza revela
Un gran abrazo amigo JC
Hermoso tu comentario, querida Xaro.
Muchas gracias.
Tal como tú lo expresas: la naturaleza parece no descansar, con sus criaturas diurnas y nocturnas.
Y nuestro regocijo de poder ser testigos de esas maravillas.
Otro abrazo a ti, amiga.
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