Pasa septiembre.
El viejo duraznero
no ha florecido...

22 Comments:

momiji haiku もみじ said...

Qué buen ejemplo de haiku de mu-i. El "aquí y ahora" tiene para el ser una humano una dimensión muy profunda que va más allá de lo que meramente sucede en el "aquí y ahora" espacio-temporal.
En esa dimensión profunda de nuestro ser está también lo que no está.

El estar y el no estar se unen por obra y gracia del haiku. El haiku, podríamos decir hace visible lo invisible, trae al ser lo que no es.

Un abrazo grande

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, momiji, por tu siempre certera apreciación.

Un concepto que viene a ampliar la obligada limitación del "aquí y ahora".
Mi memoria "sabía" que mi viejo amigo debía florecer, por eso, ese tercer verso. El invierno pudo con él. Ya no habrá duraznero en flor. Es duro, duele comprobarlo, pero es parte del ciclo natural, como todo.

Otro abrazo, amigo.

Leti Sicilia said...

Un bello haiku que muestra una etapa más de la vida.
Gracias Juan Carlos.

Un cálido abrazo.

Unknown said...

Precioso haiku. Como siempre.
Que tengas un día feliz.
Un abrazo.

Amapola Azzul said...

Muy lindo.

gorka said...

Y es que ese tercer verso duele si... pero sabemos que la muerte en esa forma es simplemente un cambio de energía...

Gracias, compañero.

_/\_

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, Leti.
Tu palabra y tu compañía son siempre motivo de alegría.

Como tú dices: "...una etapa más de la vida". En este caso, la última para el viejo duraznero, pero queda floreciendo en el corazón...

Otro abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, querida María del Carmen.
Hoy comparto algo triste. No es grato ver un árbol seco en medio de la primavera, pero, como ya sabemos, todo es parte de esa maravilla que llamamos "vida".

Que tengas un hermoso jueves.

Te abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Amiga Azzul:
Aprecio mucho tu visita y que te hayas detenido.

Un placer compartir cada vivencia.

Gracias. Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Agradezco y aprecio tu concepto, Gorka.

Coincido contigo.

Nos seguimos acompañando.
Un agran abrazo.

nubeaguablog said...

Precioso!
Un abrazo

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, "j".

Me place comprobar esta afinidad.
Valoro tu compañía, amigo.

Otro abrazo.

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz said...

Es posible que florezca mas tarde! Dale tiempo

Juan Carlos Durilén said...

¡Ojalá así fuera, querida Karin!
Agradezco tu visita y tus buenos deseos, pero no será posible...

Hay que aceptarlo. Es parte de un proceso natural. Ayer fue vida, hoy es recuerdo...

Un beso.

Rafael Castillo said...

Hola Juan Carlos: Mucho tiempo sin pasar por tu blog, pero siempre te tengo presente. Felicidades por estos 5 años continuados dándono un hermoso ejemplo de tu buen hacer en la senda de haiku. Ha sido un placer leer todo lo que me he perdido estos días, pero que puedo saborearlo gracias al blog que tan magníficamente mantienes. Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Rafael.
Para mí otro placer tu amable visita y tus palabras.
Me alegra poder continuar este camino y poder compartir con espíritus afines como el tuyo estos momentos. Momentos que procuro honrar al haiku lo mejor posible.

Otro gran abrazo.

Belén Rodríguez said...

Todo lo vivo pasa por esa etapa de la propia vida...
Precioso haiku perfecto en su composición.
Un abrazo.

Xaro La said...

Bellísimo Juan Carlos... una vez más una lección de vida que muy bien ha plasmado el haijin, felicidades

Un abrazo grande querido amigo

Juan Carlos Durilén said...

Muy agradecido, Belén.
Claro y profundo tu concepto.
Me place saber que el haiku haya llegado a ti de tal modo.

Otro abrazo, amiga.

Juan Carlos Durilén said...

¡Una alegría especial tu visita, Xaro!
Me pone muy contento saber que has reanudado aquello cotidiano.
Señal que tu salud te acompaña.

Como siempre, tan generosa en tus apreciaciones.

Un fuerte abrazo, querida amiga.

RAFAEL ROLDÁN AUZQUI said...

Excelente haiku de mu-i, querido Juan Carlos, una horma de lo sin forma, algo así como el cántaro sin el agua, como la luz sin el calor, la primavera sin los colores... lo cual nos hace ver la esencialidad de las cosas, más allá de lo fenoménico. Gracias por compartir!!!

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Rafael.
Una alegría especial tu visita y que te hayas detenido a dejar tan hermoso concepto .
Tu sensibilidad permite que lo compartido revele un valor esencial.

Un gran abrazo, querido haijin.