Sopor de siesta.
En un patio de escuela
solo chicharras.

 

4 Comments:

Leti Sicilia said...

Fantástico haiku Juan Carlos. Llega muy bien la atmósfera del momento, la quietud interrumpida sólo por el canto de las chicharras... Me encanta.

Un gran abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, querida amiga.

Me alegra saber que lo presentado provoca en ti tal impresión, coincidente con esa atmósfera a la que haces referencia y que el haiku procura transmitir.
Por cierto, estando vosotros en invierno, exigirá un esfuerzo mental extra acomodarse en este momento al calor excesivo que estamos atravesando en nuestro hemisferio austral, jejeje...

Otro abrazo.

SUSANA BENET said...

Ese sonido de chicharras da sopor, nos hipnotiza con su sonido monótono. Besos, Susana

Juan Carlos Durilén said...

Así es, querida amiga.
La temperatura altísima sumada a ese sonido monótono nos "aplasta". Un sonido que desde niños nos viene acompañando. Tan característico en época estival.

Gracias por pasar y detenerte.
Un abrazo.