Me gusta mucho la idea que hay en este haiku, Juan Carlos, pero el orden de los versos es como si forzara el esquema mental con el que lo leo, que quiere otro orden ¿Sería otro haiku distinto si yo lo leyera así?:
Cae la tarde. Mientras oigo el tic tac canta algún gallo.
Luego me dices algo... (El verso que más me gusta es “Aquí un tic tac”).
¡Hola, Carlos! Interesante lo que propones. Agradezco tu paso por aquí y esa observación.
Creo que puede ser una opción. Sin embargo, se impone aclararte que doy preeminencia al canto del gallo (de ahí, el primer verso) por dos razones: la primera es que no me resulta frecuente su canto por la tarde, ya atardecer, y segundo, en ese silencio (con la mente en otra cosa) recién caigo en cuenta del tictac del reloj, cuando presto atención a su canto casi inusual para mí.
Aun así, insisto en que tu propuesta es válida. Un haiku puede permitir (casi siempre) una variedad de posibilidades; son esas sutiles diferencias las que lo hacen posible, como es el caso.
Otro gracias, querido amigo. Un gran abrazo y buen fin de semana.
Lo entiendo perfectamente, Juan Carlos, y creo que tienes razón. Mi versión es más estándar. Quiero decir que a mí me suena mejor, yo creo que por una cuestión de “ritmo”; pero a costa de entrar en un patrón “rítmico” que, digámoslo así, tengo yo en mi cabeza, pierde originalidad y autenticidad. Es un haiku muy hermoso, Juan Carlos. Puedo “oírlo”, imaginar la extrañeza del momento que evoca. Un gran abrazo!
Como siempre, Carlos, te ubicas en ese punto medio de concesión y comprensión que tanto te admiro. Reconozco que ese patrón rítmico del que hablas es tan importante como el propio haiku. Yo también defiendo la fluidez y el ritmo en el haiku. Por eso, quizás, procuro respetar siempre su canon silábico que, pese a la brevedad del poema, es ese esquema el que le proporciona armonía al conjunto. Por lo general, en mis composiciones el kire aparece en el primer verso. En este caso particular la pausa la ubiqué al final del segundo. Es posible que al presentarse de esta manera te haya "sonado" algo distinto. Dejé para el final (en su forma independiente) el verso del tictac que tanto te ha agradado.
Tu apreciación es absolutamente válida. Agradezco la atención que pones en cada uno de mis poemas. Eres muy generoso.
4 Comments:
Me gusta mucho la idea que hay en este haiku, Juan Carlos, pero el orden de los versos es como si forzara el esquema mental con el que lo leo, que quiere otro orden ¿Sería otro haiku distinto si yo lo leyera así?:
Cae la tarde.
Mientras oigo el tic tac
canta algún gallo.
Luego me dices algo... (El verso que más me gusta es “Aquí un tic tac”).
¡Hola, Carlos!
Interesante lo que propones. Agradezco tu paso por aquí y esa observación.
Creo que puede ser una opción. Sin embargo, se impone aclararte que doy preeminencia al canto del gallo (de ahí, el primer verso) por dos razones: la primera es que no me resulta frecuente su canto por la tarde, ya atardecer, y segundo, en ese silencio (con la mente en otra cosa) recién caigo en cuenta del tictac del reloj, cuando presto atención a su canto casi inusual para mí.
Aun así, insisto en que tu propuesta es válida. Un haiku puede permitir (casi siempre) una variedad de posibilidades; son esas sutiles diferencias las que lo hacen posible, como es el caso.
Otro gracias, querido amigo.
Un gran abrazo y buen fin de semana.
Lo entiendo perfectamente, Juan Carlos, y creo que tienes razón. Mi versión es más estándar. Quiero decir que a mí me suena mejor, yo creo que por una cuestión de “ritmo”; pero a costa de entrar en un patrón “rítmico” que, digámoslo así, tengo yo en mi cabeza, pierde originalidad y autenticidad.
Es un haiku muy hermoso, Juan Carlos. Puedo “oírlo”, imaginar la extrañeza del momento que evoca.
Un gran abrazo!
Como siempre, Carlos, te ubicas en ese punto medio de concesión y comprensión que tanto te admiro.
Reconozco que ese patrón rítmico del que hablas es tan importante como el propio haiku. Yo también defiendo la fluidez y el ritmo en el haiku. Por eso, quizás, procuro respetar siempre su canon silábico que, pese a la brevedad del poema, es ese esquema el que le proporciona armonía al conjunto.
Por lo general, en mis composiciones el kire aparece en el primer verso. En este caso particular la pausa la ubiqué al final del segundo. Es posible que al presentarse de esta manera te haya "sonado" algo distinto. Dejé para el final (en su forma independiente) el verso del tictac que tanto te ha agradado.
Tu apreciación es absolutamente válida. Agradezco la atención que pones en cada uno de mis poemas. Eres muy generoso.
Otro abrazo, amigo. Que sigas bien.
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