Haikus de guerra

 

Una mujer 
con su pequeño en brazos
y un hato enorme.
 
 
La misma luna
sobre el antiguo pueblo,
ahora en ruinas.
 
 
Yace un soldado
junto a la estatua rota.
No cesa el fuego.
 
 
Cielo sin pájaros.
Sobre la hierba seca
la sangre oscura.
 
 
Columnas de humo.
Se ilumina la noche
con los incendios.
 
 
Tras el naufragio,
entre llantos y gritos,
no todos llegan...
 
 
En los escombros 
silencio de campanas.
Un hombre reza.
 
 
Una y mil veces.
En sus manos terrosas
la foto ajada.
 
 
Los brotes nuevos
del árbol chamuscado,
¿nadie lo advierte?
 
 
Duerme la niña
con su peluche sucio,
lejos de casa...
 
 
De trecho en trecho
todos vuelven sus ojos.
Éxodo en marcha.
 
 
 
Estos haikus, que integran el ensayo ¿Haikus de guerra o haikus de paz?, también de mi autoría, fueron publicados en la Gaceta Trimestral de Haiku Hojas en la Acera (HELA), de España, Nº 36, diciembre 2017, pág.11.
 
Para acceder a ese espacio de la gaceta hacer clic aquí. 
 
Córdoba (Argentina), 20 de marzo de 2022
   

2 Comments:

nubeaguablog said...

Gracias Juan Carlos por estos haikus. Es una forma de sentir,(aunque nunca como los que directamente la padecen), está guerra salvaje. Salvaje como todas, pero que nos parece más cercana. Esperemos que la paz se imponga lo antes posible y que nosotros a nuestro nivel seamos paz
Un abrazo largo amigo
j

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, querido amigo, por tus palabras y por tu compañía.

Duele esta guerra absurda (tan absurda como todas) o salvaje, como tú dices. Duele por toda esa gente común como nosotros que debe enfrentar la muerte, el miedo y la desgracia, mientras quienes la propician y la incentivan están lejos del desastre.

Ojalá muy pronto la cordura vuelva a su cauce y la paz con ella. Para todo y para todos.

Un gran abrazo "j".