Sobre la acera
la sombra mutilada
del paraíso.

8 Comments:

Mirta Gili said...

Juan Carlos !
Qué hallazgo ese término "mutilada", sugiere tanto que hasta deja mutilado mi pensamiento, pues cuando pienso que puede ser el árbol... me desvío y pienso que puede ser solo la sombra...
Nuestro paraíso, cuánto que decir con él.
Un haiku sugerente, conmovedor... Muy bello.
Otro besooo

Juan Carlos Durilén said...

¡Ah, Mirta! Tiempo de poda...
Sólo que algunos saben su oficio y otros no. ¡Cuánta cercanía entre tu impresión y la mía! Cuando vi brutalmente tronchado ese hermoso paraíso, sólo su tronco y los muñones de sus ramas más robustas, sentí tristeza e indignación. De aquéllo, sólo esta sombra...

Gracias por tu compañía y tus palabras.

Un beso.

ADMINISTRADOR said...

Confieso que me dejó impactada la palabra mutilada, pero pasado el momento me doy cuenta que es perfecta para transmitir la imagen de ese árbol que no ha sido podado con mimo y cuidado, si no mutilado por una práctica desalmada y antiestética de alguien sin sensibilidad ni formación para apreciar la forma natural del árbol.

Lo siento por los árboles y por la tristeza que emanan al verles así.

Un abrazo, Mercedes

LA JOLI said...

Sólo la poesía es capaz de aliviar el dolor, en este mundo tan cargado de mutilaciones en el pensamiento y en el corazón... Gracias por recuperar la bella esencia del paraíso, tus palabras emocionan los sentidos y se puede ver su sombra, su suave color violeta y su dulce aroma, que a pesar de la brutalidad, la sabia fuerza de la naturaleza, seguramente brotará humildemente, una vez más, en primavera!

Juan Carlos Durilén said...

Sí, Mercedes, tal como te ha impresionado, así lo sentí. Tus palabras y tu sentimiento se ajustan a esa imagen de ultraje. Pertenecemos a esta especie contradictoria, en la que muchos no se sienten uno con la naturaleza. Me causa pena, y tanto como al árbol rendí respeto a su sombra.

Gracias por tu amable lectura.

Otro abrazo para ti.

Juan Carlos Durilén said...

¡Qué alegría, Joli, tu visita!
Y gracias por tus palabras de esperanza.
¡Ojalá la primavera te dé la razón y que ese paraíso tenga la fuerza para reverdecer y florecer, una vez más!
Y gracias, también, por esa confianza en la poesía y en su virtud de ir un poco más allá...

Un beso.

Elsa said...

Un haiku impactante, que no me deja indiferente al leerlo. Me gusta, Juan Carlos.

Un abrazo
Elsa

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Elsa.
Siempre tu gentileza excede el mérito de lo publicado, pero me complace saber que te ha llegado.

Agradezco tu compañía.

Un beso.