Nubes rosadas.
En las ramas sin hojas
queda la luna.

12 Comments:

Gloriab said...

!!! Que cuadro para mis pinceles !!!! Hermosísima estampa, te felicito, como siempre me emocionan tus Haiku.

Juan Carlos Durilén said...

¡Qué alegría, Gloria, tenerte otra vez por aquí!
Gracias por tus visitas, que sé que son a menudo, y por tus palabras que me estimulan a seguir.
Coincido contigo. Sin duda, este paisaje del haiku sería un excelente motivo para tu mano de artista. Que pronto recobres tu salud.

Un beso, amiga.

Rafael Castillo said...

¡Qué tierna belleza!, Juan Carlos. Lo que sientes cuando escribes y tus comentarios en mi blog, me están abriendo mucho camino en el sendero del haiku. ¡Gracias!

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, Rafael.
Tus palabras y tu visita son siempre motivo de alegría.
Además, te mereces mis modestos comentarios, y me complace saber que ellos aportan algo a tu sensibilidad destinada al haiku.

Un gran abrazo.

Anónimo said...

Bello haiku. Acaso necesitemos desprendernos de nuestras hojitas, ya caducas, para que la luna se refleje sin obstáculos en nuestro alma. Lindo haiku. Un abrazo, amigo Juan Carlos. __/\__

Juan Carlos Durilén said...

Hermosas tus palabras, amigo Ermitaño.
Gracias por ellas y por visitar este lugarcito.
Tienes razón. Creo que a nosotros también nos atraviesa el otoño para desprendernos de aquello que ya cumplió su ciclo, y dar lugar a la luz renovada.

Un abrazo.

Juan Carlos Moreno said...

hermoso y otoñal haiku amigo!!
qué hermosa estación... y esa luna que nos une

Un Abrazo

La vida en tránsito-fotografías said...

Ciertamente, como dice Ermitaño, debemos des-hojarnos para "ver" con claridad la belleza de la existencia.

Saludos querida Juan Carlos.

Namasté!!!

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Juan Carlos.
Por tu visita y por tu comentario.
¡Cuánta razón tienes!: “…y esa luna que nos une”.
Más allá de cualquier estación, la luna maravillosa que todos podemos apreciar.

Otro abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Aprecio mucho tu comentario, J.C.
Y me alegra esta coincidencia de convicciones entre Ermitaño, tú y yo (y creo, de todos quienes nos acompañan) en cuanto a esto de "deshojarnos", tan parecido a "despojarnos", para ver mejor y maravillarnos más. En este caso, para que nos colme la luz de luna.

Un fuerte abrazo.

RAFAEL ROLDÁN AUZQUI said...

Excelente haiku!!!... Imagen, color e imaginación en juego!!!... Te visualizo como un antiguo haijin renacido en el siglo XX. Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, querido Rafael.
Sin duda, tu generoso concepto excede el mérito del haiku.
Aun así, lo acepto halagado porque debo respetar lo que toda composición puede llegar a suscitar en el lector, en este caso un gran poeta.
Y me alegra mucho poder encarnar la figura y el espíritu de un haijin antiguo. Un elogio supremo.

Un gran abrazo, compañero y amigo.

Un privilegio tenerte por aquí.