Cielo de julio.
En el viejo algarrobo
vainas y pájaros.
 

12 Comments:

Wilhemina Queen said...

Querido Juan Carlos, siempre es un placer leerte! Una maravilla! Inspirador!

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, querida amiga.
Mis modestas miradas no serían tan inspiradoras si no existieran corazones tan sensibles como el tuyo.
Aprecio mucho tu constante compañía. Es grato y reconfortante.

Que tu "jardín" siga floreciendo...

Otro beso.

Gloriab said...

Como siempre un cuadro !!!!
Cariños, Gloria

Juan Carlos Durilén said...

Agradezco tu comentario, Gloria.
Y tu modestia.
Si bien la naturaleza nos presenta verdaderos cuadros, como bien dices, que el haiku procura expresar, tu pincel crea obras maravillosas. Y desde aquí reitero mi admiración hacia tu labor en este arte del color y la belleza.

Gracias por ello y por tu constante compañía.

Un beso.

Wilhemina Queen said...

Lo mismo digo Juan Carlos, saber que hay del otro lado alguien con la sensibilidad a flor de piel es, como tu dices, reconfortante.
un gran abrazo!

Verónica

Rafael Castillo said...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rafael Castillo said...

Bellísima estampa e inspiración: el algarrobo que aguanta el paso del tiempo dando sus frutos y aliemtando o cobijando aves. Muy hermoso. Saludos

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Rafael.
Tu compañía y tus palabras son siempre motivo de alegría.
En este caso, el haiku rinde un modesto homenaje a este árbol muy querido y respetado en nuestra Córdoba. Incluso en el norte de nuestra provincia, en Cerro Colorado, hay una fiesta en su honor: "La algarrobeada", con la cosecha de su vaina (o chaucha, como dicen los lugareños), los dulces que se elaboran con ella, como el arrope, y, con su harina, otros manjares como el patay y los alfajores. Como así también su madera, muy apreciada, pero muy protegida.

Además, en la fiesta no puede faltar el baile, la guitarreada, vino, empanadas y asado. Típica fiesta criolla.

Bueno, me fui un poco hacia el lado de la "promoción turística..."

Un abrazo.

SUSANA BENET said...

Muy buen haiku, Juan Carlos. Te felicito por tu página y por tus
inspirados poemas.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Susana.
Aprecio mucho que pasaras por aquí y que te hayas detenido a dejar tal concepto que me honra.
Sé de tu labor constante en favor del haiku y la belleza de tus acuarelas. Por tal motivo me siento orgulloso de tu compañía en este camino.

Desde esta Córdoba invernal, un cálido abrazo.

Ana said...

Juan Carlos, estoy rodeada de algarrobos todo el verano y me llega de manera muy especial este haiku. Nos muestras todo el esplendor de la vida allí donde casi pasa desapercibido... Felicidades.

Un beso.

Juan Carlos Durilén said...

¡Qué alegría tu presencia por aquí, Ana!
Aprecio mucho tus palabras.
Es cierto. Muchas veces no advertimos la callada generosidad de árboles tan nobles como el algarrobo.

Es grato compartir esta humilde mirada.

Otro beso.