Muchas gracias, Xaro. Es verdad, el haiku crea cierta ambigüedad, pero la presencia del viento deja entrever que el pobre paraguas -ya en desuso- ha quedado a la intemperie, abandonado en el canasto de los desechos... Al menos eso fue lo que pretendí mostrar...
Gracias, Leti. Muy cierto lo que te ha sugerido ese paraguas. Confidente silencioso. Amigo protector. Y hoy también él llega a su fin... Otra de las historias mínimas que hallamos al paso.
Hola Juan Carlos. Al pobre paraguas, el viento lo agita en el canasto, el viento que tenemos estos últimos días agitaría canasto y todo. Preciosa la sencillez y profundidad del haiku, al leerlo me digo...es sencillo, pero al hacerlo veo que no cuadra con las reglas, quien sabe, puede que un día... Un abrazo Ambar.
Siempre tan amable, Ambar. Gracias por tu constante presencia. Como todo ejercicio, creo que pasa por intentar y perseverar. Lo importante es tu corazón. Verás que las palabras fluyen en la sencillez del haiku con la naturalidad del agua... Así lo sentirás y así debe ser.
Bonitas palabras para cerrar los ojos y ver en la claridad de tu haiku ese antiguo paraguas adiestrado que ha soportado muchos chaparrones... Y los que le quedan. Un saludo
Muchas gracias, Carmen. Una alegría muy especial tu visita. Aprecio que te hayas detenido a dejar tus impresiones. Un verdadero aliciente en este andar por el camino del haiku.
12 Comments:
Me encanta.
El viejo paraguas que espera ser usado, o quizás se le ha apartado.
Un abrazo querido JC
Muchas gracias, Xaro.
Es verdad, el haiku crea cierta ambigüedad, pero la presencia del viento deja entrever que el pobre paraguas -ya en desuso- ha quedado a la intemperie, abandonado en el canasto de los desechos...
Al menos eso fue lo que pretendí mostrar...
Un beso, amiga.
Sugerente ese paraguas,¡cuántas historias habrá cobijado!. Bello haiku amigo Juan Carlos.
Un beso.
Gracias, Leti.
Muy cierto lo que te ha sugerido ese paraguas. Confidente silencioso. Amigo protector. Y hoy también él llega a su fin...
Otra de las historias mínimas que hallamos al paso.
Un beso.
Pobre paraguas... ¿como ya es viejo no sirve para nada?
¡Seguro que si lo viera lo utilizaría!
jejeje...
Muy bonito haiku _/\_
Abrazos!
Gracias, Gorka.
Por pasar y detenerte.
Aprecio tu comentario y tu acostumbrado buen humor.
Seguimos camino, ya sin paraguas...
Un abrazo.
Hola Juan Carlos.
Al pobre paraguas, el viento lo agita en el canasto, el viento que tenemos estos últimos días agitaría canasto y todo.
Preciosa la sencillez y profundidad del haiku, al leerlo me digo...es sencillo, pero al hacerlo veo que no cuadra con las reglas, quien sabe, puede que un día...
Un abrazo
Ambar.
Siempre tan amable, Ambar.
Gracias por tu constante presencia.
Como todo ejercicio, creo que pasa por intentar y perseverar.
Lo importante es tu corazón. Verás que las palabras fluyen en la sencillez del haiku con la naturalidad del agua... Así lo sentirás y así debe ser.
Un abrazo, amiga.
Bonitas palabras para cerrar los ojos y ver en la claridad de tu haiku ese antiguo paraguas adiestrado que ha soportado muchos chaparrones...
Y los que le quedan.
Un saludo
Muchas gracias, Carmen.
Una alegría muy especial tu visita.
Aprecio que te hayas detenido a dejar tus impresiones.
Un verdadero aliciente en este andar por el camino del haiku.
Un abrazo.
Hola Juan Carlos: Pobre paraguas ya viejo y llendo donde lo lleve el viento.
Un beso querido amigo.
Gracias, Josefa, por tu compañía y tus palabras.
Siempre es grato compartir estos pequeños acontecimientos de lo cotidiano.
Otro beso.
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