Viento del norte.
La veleta del templo
indica el sur.

14 Comments:

Mirta Gili said...

cosas que pasan con las cosas

Saludos

Anónimo said...

Hola amigo Juan Carlos.
Hace unos días que no nos visitamos, pero no me olvido de ti.
Me gustan tus golondrinas y nubes, tu hermosa puesta de sol, y ahora vengo a sentir, este fresquito viento del norte.
Un abuen fin de semana y un abrazo.
Ambar

gorka said...

Como dice Mirta, cosas que pasan...

Tengo una duda, el viento del norte allá es fresco o cálido?

Un abrazo.

nubeaguablog said...

¿Fuman canutos las veletas? o ¿es que están casadas con los vientos?
Que cosas!
Un abrazo amigo y buen finde
j

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Mirta.
Así es. Una de las tantas cosas pequeñas y llamativas de lo que acontece a diario.

Aprecio tu visita y nos seguimos acompañando.

Un abrazo, amiga.

Juan Carlos Durilén said...

¿Cómo estás, Ambar?
Gracias por detenerte aquí y dejar tu hermoso comentario.
En esta última entrada hago referencia a cómo la naturaleza interactúa con lo creado por el hombre.

Lo mismo para ti: que pases un buen fin de semana.

Un beso.

Xaro La said...

Qué bonito haiku Juan Carlos, me hizo gracia, me encanta ese mirar de haijin...

Muchos besos amigo JC

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Gorka, por tu visita y tus palabras.
Te comento que por acá el viento norte es cálido. Ayer tuvimos una jornada agobiante y eso que aún no entramos en verano.
En la zona cuyana de Argentina (centro-occidental) paralela a la cordillera de los Andes, suele soplar con bastante frecuencia el "zonda": un viento muy caliente y muy fuerte que perturba bastante la vida diaria (como ayer), con temperaturas que superan los 40ºC.
Gracias por tu interés.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

jejeje... Gracias, Unsui, por pasar por aquí y dejar tu buen humor.
Ocurre que se trata de un templo muy poco cuidado. La veleta debe hacer mucho tiempo que ya no gira por acción del óxido. Resultado: ya no indica correctamente la dirección del viento. Ha quedado fija hacia el sur.
Me pareció gracioso y, al mismo tiempo, para reflexionar.

Lo mejor para ti este fin de semana.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Xaro. Una alegría tu visita y tu comentario siempre generoso.
El caminar y observar depara estas pequeñas sorpresas. Escenas de lo urbano y cotidiano que se entrelazan con la naturaleza.

Que tengas un hermoso fin de semana.

Un beso, amiga.

Luján Fraix said...

LAS VELETAS... QUE LINDA IMAGEN.
FELIZ FIN DE SEMANA JUAN CARLOS.
UN BESO GRANDE.

Leti Sicilia said...

Una veleta un tanto especial y tu mirada de haijin atenta al detalle. Me ha gustado mucho.

Muy buen fin de semana Juan Carlos, y un poco más fresquito:-)

Besos.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Luján. Eres muy amable.
Siempre me encantaron las veletas, pero aquí, por la zona, ya casi no quedan.
Puedo ver algunas en el centro de la ciudad, en los viejos edificios o antiguas iglesias. El paso del tiempo, otros estilos...

Que lo pases bien.

Un beso, amiga.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Leti.
Me alegra que te guste esta escena un tanto insólita.
La verdad es que me apenó ver esa veleta estática, abandonada... lejos de aquellos días en que indicaba el viento.
Todo el templo ha envejecido...

Aprecio tu visita, amiga. Que disfrutes este fin de semana.

Un beso.