Árbol añoso.
Junto a los frutos secos,
las flores nuevas.

18 Comments:

Belén Rodríguez said...

Es una metáfora perfecta, a mi entender.
Veo el árbol como el eje de la familia y en él, como pasa con las personas, convive la leña vieja con los frutos nuevos.
Delicioso.
Besos.

Juan Carlos Durilén said...

Muy amable, Belén.
Gracias por pasar y detenerte.
Es verdad lo que comentas: pasa algo parecido con las personas.
En este caso, es hermoso ver ese viejo árbol de mi barrio.

Un beso, amiga.

Anónimo said...

Precioso como siempre, con poco se dice mucho, y hermosos también los que he perdido, los he repasado todos, tarde pero aquí llego.
Un abrazo.
Ambar

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Ambar.
Aprecio tu constancia en pasar por aquí y siempre dejar tus amables palabras.
Un placer compartir estos momentos.

Un gran abrazo, amiga.

Unknown said...

¡Hola Juan Carlos ! siempre me pregunto cómo haces para escribir estos HAIKUS que te ponen la realidad de la vida ante los ojos. ¡HERMOSO !
Un abrazo gigante. :)
¡BUEN REPOSO !!

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, querida María del Carmen.
El mérito no es solo de quien presencia y transmite. El lector, como es tu caso, aporta su sensibilidad para que el haiku cobre sentido, cobre significación.

Me alegra mucho que esto suceda, amiga.

Un gran abrazo, y que también tengas un buen descanso.

gorka said...

Un viejo árbol, que todavía da frutos y que se renueva con esas flores...

Cuánto que aprender de ese árbol.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Así es, Gorka.
Gracias por tu visita y tu oportuno comentario.
Experiencias que encierran toda una enseñanza, como es el caso.

Un gran abrazo.

Leti Sicilia said...

Gracias Juan Carlos, una vez más nos regalas un hermoso instante, ese renacer que tanto sugiere...

Buen fin de semana, un gran abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, Leti, por acercarte y comentar.
Un placer compartir todo lo que nos brinda este viejo árbol amigo...

Lo mismo para ti: muy buen fin de semana, amiga.

Otro abrazo.

Xaro La said...

Árbol añoso,frutos secos, flores nuevas, qué bella combinación y qué bien plasmado en tu haiku este regalo de la naturaleza, que tu mirada de haijin nos transmite.

Muy hermoso Juan Carlos

Un fuerte abrazo amigo JC

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Xaro.
Tú lo has dicho: todo estaba ahí. Yo sólo me limité a "transcribir".
Ese árbol (como todo en la naturaleza) ofrece sus dones. Basta con detenerse a contemplar.

Aprecio tu compañía, amiga.

Te abrazo y que tengas un hermoso fin de semana.

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz said...

por fin parece que la primavera está floreciendo en Argentina. hermoso instante.
un saludo,
karin

Juan Carlos Durilén said...

Así es, Karin.
La primavera, con toda su fuerza y su belleza, está entre nosotros (y en nosotros...). Esta magia renovada. Agradezco esta nueva oportunidad de vivirla y dejar testimonio de ello.

Un abrazo, amiga.

Renacer said...


A traves de tu haiku ...
veo los arboles viejos
y frutos marrones...
y junto a sus raices...
aparece la savia ...lo verde...las pequeñas florecillas,asomandose tímidamente.

Cuanto disfruto con la delicadecia y el dominio de tus haikus.

Un abrazo en la distancia pero muy cercano.


Juan Carlos Durilén said...

Aprecio tu visita y tus palabras, Rosamaría.
Muchas gracias.
Me alegro que el haiku promueva en ti estas gratas sensaciones que tan bien describes.

Otro abrazo, amiga.

Alberasan said...

Diecisiete sílabas para contarnos toda una vida...
La convivencia de lo que fue y lo que es y será...
La vida...
Un abrazo Juan Carlos, siempre me lo paso genial en tu blog.

Juan Carlos Durilén said...

Muy amable, Alfredo, como siempre.
Muchas gracias.
Me alegra que tu paso por aquí te depare un buen momento. Ese es el propósito. Me siento halagado y feliz de compartir estos instantes de corazón a corazón.

Un fuerte abrazo, querido amigo.