Poda tardía:
algo de sangre en la mano
y algo de savia.

14 Comments:

Xaro La said...

Vaya, espero que no sea grave...

Un abrazo amigo JC

Anónimo said...

Magnífico, y realista...y casi sobre lo sagrado...compartiendo la sangre...los dos con cortes...

Gracias Juan Carlos.

Un abrazo

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Xaro, como siempre, por tu compañía y tus palabras.

Nada serio. Un pequeño accidente doméstico. No es la primera vez, ya que no uso guantes. Solo un poco de sangre en un dedo con restos de savia de una rosa china (ya convertida en arbolito) que demanda una poda anual. Este año me demoré más de la cuenta; la savia ya estaba presente...

Agradezco tu preocupación.

Otro abrazo, amiga.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Elías.
Fue una extraña sensación. Gotas de sangre unidas a los rastros de savia del arbolito recién podado. Un sufrimiento compartido, quizás...

Un fuerte abrazo, amigo.

Anónimo said...

Hola Juan Carlos.
Amigo, así es la vida al podar se corta, y nunca pensamos si sangran o no, al igual que la vida misma, para brillar hay que pulir, y el rascar y cortar causa un un necesario dolor, para seguir creciendo, pocas palabras que dicen mucho y hacen pensar.
Un abrazo y un buen fin de semana.
Ambar

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Ambar.
Hermoso tu pensamiento. Me alegra que lo escueto del haiku pueda dar lugar a la reflexión, con este enfoque particular.

Muy buen fin de semana para ti también.

Otro abrazo.

Unknown said...

creo que a veces todos necesitamos una poda , para después crecer con más fuerza.
Siempre precioso, Juan Carlos.
Un abrazo gigante.
¡FELIZ FIN DE SEMANA :)

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, María del Carmen.
Siempre son bienvenidas tus reflexiones. Si tu corazón lo dice...

Que tú también pases un hermoso fin de semana largo.

Un fuerte abrazo, amiga.

gorka said...

Los dos líquidos de ambas heridas se juntan en esa mano...

_/\_

Juan Carlos Durilén said...

Así es, Gorka.
Como le decía a otro amigo, fue una extraña sensación ver en mi mano esos dos fluidos vitales. Algo estaban simbolizando...

Gracias por pasar y detenerte.

Un gran abrazo.

Belén Rodríguez said...

Compartiste el corte con el arbolito, su sangre se mezcló con la tuya. Ahora sois hermanos de sangre.
Un beso.

Juan Carlos Durilén said...

Tú lo has dicho, Belén.
La poda siempre es un agravio, pero muchos de nuestros congéneres aseguran que es necesaria.
Será según las circunstancias y siempre en relación al interés humano.
Más allá de la sangre y de la savia, somos parte de la naturaleza en todas sus formas. Somos uno.

Gracias, Belén, por pasar por aquí y dejar tus impresiones.

Otro beso, amiga.

Pensando en Haiku, Karin Rosenkranz said...

gajes del oficio... te quedó interesante el haiku. yo tengo la misma ocupación y suelo tener estos percances...
un saludo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Karin, por tu comentario tan oportuno.
Veo que no soy el único, jejeje...

Aprecio tu visita, amiga.

Un beso.