Llovizna fría.
Con su viejo paraguas
un hombre viejo.

22 Comments:

gorka said...

Qué buen haiku, compañero.

Me has hecho recordar este artículo que ayer mismo leí del profesor Fernando Rodríguez-Izquierdo, hablando de la onomatopeya mímica.

http://www.paseos.net/phpbb3/viewtopic.php?f=48&t=13092#p61869

Y es que, no se porqué, me llega una sensación de desamparo... Tal vez imagino que ese paraguas viejo estará medio roto... y entonces me imagino al viejecito mojándose con esas gotas frías...

Un abrazo.

Josefa said...

Hermoso y conmovedor haiku.
Queda reflejado perfectamente el instante.
Un abrazo con todo mi cariño.

Unknown said...

Hola Juan Carlos. ¡hermoso haiku, maestro ! Veo al hombre con pasos cansados y la espalda abatida y siento la lluvia que no deja de caer.
Un abrazo gigante.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Gorka.
Me alegra que el haiku provoque en ti estas sensaciones que concuerdan con lo que presencié.

Hoy mismo leeré ese artículo del profesor Rodríguez-Izquierdo. Gracias.

Otro abrazo, amigo.

Juan Carlos Durilén said...

Querida Josefa:
Aprecio mucho tu visita y tus palabras.

Gracias por tu cariño.

Un gran abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, María del Carmen, por pasar y detenerte.
Me place saber que los haikus te siguen atrapando.

Otro gran abrazo, amiga.

Renacer said...


Me llegó de pleno
fijate que siento pena
por el viejo hombre con su paraguas
...es como si lo viese...

Saludos Juan Carlos


Renacer said...


Me llegó de pleno
fijate que siento pena
por el viejo hombre con su paraguas
...es como si lo viese...

Saludos Juan Carlos


Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Rosamaría, por tu compañía y tus impresiones.
Celebro haber podido transmitir lo más emotivo de la escena. A mí también me apenó verlo.

Un abrazo, amiga.

Ana Vera said...

Qué pulido y esmerado tu haiku, con esa simplicidad de lo cotidiano. ¡¡Enhorabuena, maravilloso!!

Abrazos

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Ana.
En verdad (como siempre digo), el haiku se completa con la sensibilidad del lector, como es tu caso, sin duda. Y lo celebro.

Que tengas un hermoso domingo.

Un abrazo, amiga.

SUSANA BENET said...

Muy sensible, Juan Carlos. Se siente el frío. Saludos,

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Susana.
Una alegría tu compañía y tu amable comentario.
Valoro que ese momento llegue de tal modo.

Un abrazo, amiga.

momiji haiku もみじ said...

Tan arriesgado como bello en este haiku el repetir un adjetivo. Viejo. Enternece contemplar a ese hombre con su paraguas en la frialdad de la llovizna. A veces las cosas parecen guardar de alguna manera, quizá por roce, el alma de quien las poseyó. Imagino ese paraguas cuando también fue joven, como su dueño. Imagino el tiempo que resbala sobre el uno y sobre el otro, perecederos, mojados por la llovizna, la fría llovizna que cesará pero que no envejecerá nunca.

Juan Carlos Durilén said...

Hermoso tu comentario, momiji.
Lo valoro profundamente porque ese sentimiento que tan bien describes, de algún modo estuvo presente en el momento de presenciar la escena.

Sé que constituye un riesgo repetir un adjetivo en tal brevedad, pero surgió así y respondí a mi intuición.
Debía remarcar esa particularidad.

Muchas gracias, amigo.
Un gran abrazo.

Asami said...

Mi querido amigo, he sentido un temblor bajo esa lluvia, la mirada por siempre detenida en la soledad de un anciano, en su desamparo?.... gracias por regalarnos tan bellos momentos!

he vuelto.... agradecida hasta del tiempo lejos, pero con ganas de esos abrazos de palabras que tanto nos amparan!

un abrazo largo....

Juan Carlos Durilén said...

¡Qué alegría, Asami!
Gracias por pasar y detenerte.
Me alegro que esa magia convocante del haiku reavive el encuentro fraterno.
Tanto tiempo sin tu presencia y sin tu palabra...

Un cálido abrazo, amiga, desde este nuestro otoño.

Asami said...

Querido amigo, voy recorriendo las huellas que la vida ha señalado en las que me encuentro, mirándome a los ojos, con la gente maravillosa que ha tocado mi mano sin distancias, quienes me acompañan sin tiempo.... y tus hojas de haiku van componiendo un cuaderno de maravilla, y tu ser es de una integridad que invita a volver a tomar la pluma... y compartir...

he pasado por nuestro rincón, algo deshabitado (quizás por mi responsabilidad absoluta!).... y he dejado esas huellas, convocando.... pero tampoco es malo si los caminos se bifurcan: la misma luna, el mismo sol, el mismo cielo, cubren como un manto, iluminan un espacio y allí, nos volvemos a encontrar.... con latidos de poema o de haiku.
Abrazo!

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, de nuevo, Asami.
Volveré a pasar por "Instantes...". Guardo el mejor de los recuerdos de tu sitio generoso, en el abrazo de tantos buenos haijines que allí dejaron sus huellas poéticas, sus vivencias, su espíritu fraternal...

Otro gran abrazo, querida amiga.

Xaro La said...

Genial Juan Carlos, todo un haiku de compasión que conmueve en lo profundo.

Un gran y cariñoso abrazo JC

Xaro La said...

Me ha gustado mucho leer el comentario de Asami, me ha emocionado y he visitado su blog.

Juan Carlos Durilén said...

¡Qué gran alegría, Xaro, comprobar que has reanudado el camino!

Gracias por tu compañía y tus palabras.

Sin duda, Asami en un ser muy sensible que también ha retornado.
Una buena amiga, como tú.

Te abrazo.