Piedras serranas
en los muros del templo:
enmohecidas.

12 Comments:

momiji haiku もみじ said...

De la sierra al templo. De lo salvaje a lo humano, o divino...
Me gusta mucho este haiku tan sencillo y tan sugerente.
A pesar de estar enmohecidas formando parte del templo esas piedras que no dejan de ser serranas. A pesar de todas las capas "de lo humano" nunca dejamos de ser lo que somos.

Un abrazo grande compañero

Juan Carlos Durilén said...

Como siempre, momiji, tus palabras calan en el haiku y recrean toda la atmósfera que lo envuelve, esa honda significación apenas esbozada en los versos.

Gracias por tu aporte y tu compañía, querido amigo.

Un gran abrazo.

Unknown said...

Precioso haiku Juan Carlos.
lo leo y puedo VER lo que escribes.
Un abrazo.
¡FELIZ DIA !!

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, María del Carmen, por estar siempre presente con tus palabras amables y tu corazón generoso.

También te deseo un hermoso jueves.

Otro abrazo.

Ana Vera said...

Hondo su haiku.

Piedra y montaña, piedra y vida, piedra y espíritu... "Nos sentamos juntos la montaña y yo hasta que solo queda la montaña" (Li Po).

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Hermoso tu pensamiento y el pensamiento del maestro Li Po.

Me alegra que el haiku inspire tal profundidad.

Gracias, Ana, por ello al pasar por aquí. Un abrazo.

gorka said...

Naturaleza, artificio, naturaleza...

Un abrazo, amigo _/\_

Juan Carlos Durilén said...

Así es, Gorka.
Tú lo has resumido más aún.

Gracias por tu compañía y por dejar tus impresiones.

Otro abrazo.

Xaro La said...

Lo material y lo espiritual se unen en este haiku, me gusta mucho Juan Carlos.

Un abrazo querido amigo

Juan Carlos Durilén said...

Como siempre, tu sensibilidad aportando una visión profunda.

Gracias, querida Xaro, por detenerte también aquí.

Otro abrazo.

Mar said...

Bello. Le has dotado a esas piedras piel para sentir el alma.

Un saludo de encuentro.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Mar.
¡Bienvenida a este lugarcito de haikus, sumándote a los buenos amigos que me acompañan!
Un placer compartir con vosotros estos momentos en que el haiku nos convoca.

Aprecio tus amables palabras.

Un abrazo.