Veo al vendedor de ajos con la ristra acuestas paseando mi calle y pregonando. ¡Al rico y tierno ajo! Es curioso que a miles de kilómetros se vivan los mismos hechos. Hermoso haiku. Un fuerte abrazo. Te he buscado en facebook. Yo estoy como M.Josefa Alcaide Maestre.
Gracias, Félix. Han cambiado los tiempos. Sin embargo, cada tanto, por el barrio (como en este caso) algún pregón se deja oír: el vendedor de huevos de granja, el de peperina, la vendedora de pan casero, la flauta del afilador o el que compra cosas en desuso... Me traen nostalgias. Esta vez fue el vendedor de ajos. A veces, mucho caminar y poca venta...
10 Comments:
Muy evocador, Juan Carlos.
Enhorabuena por el haiku.
_/\_
Gracias, Gorka.
Como dice Alfredo: "La alegría de compartir".
Un gran abrazo, amigo.
Escucho el pregón del vendedor de ajos.
Como siempre ¡HERMOSO !
Un abrazo gigante.
Muchas gracias, María del Carmen.
Por el barrio aún se suele oír el pregón de los vendedores ambulantes. Me recuerda a mi pueblo, años ha...
Que tengas un hermoso fin de semana, amiga.
Otro abrazo.
Veo al vendedor de ajos con la ristra acuestas paseando mi calle
y pregonando.
¡Al rico y tierno ajo!
Es curioso que a miles de kilómetros se vivan los mismos hechos.
Hermoso haiku.
Un fuerte abrazo.
Te he buscado en facebook.
Yo estoy como M.Josefa Alcaide Maestre.
Muchas gracias, Josefa.
Una alegría tu visita.
El haiku nos hace compartir lo cotidiano, como esta coincidencia, a pesar de la distancia.
No estoy en Facebook, amiga.
Otro abrazo.
Me quedo sin palabras, se puede escuchar esa voz del vendedor, un disfrute leerte querido amigo
Un gran abrazo
Muchas gracias, Xaro, por tu compañía y tus palabras siempre tan amables como oportunas.
Cuídate, amiga. Te deseo lo mejor.
Que tengas una semana perfecta.
Otro abrazo.
Qué bo-ni-to. :D
Así, como la voz recia de ese vendedor de ajos, auténtica, como salida de otro tiempo. Alto y claro.
Un abrazo grande
Gracias, Félix.
Han cambiado los tiempos. Sin embargo, cada tanto, por el barrio (como en este caso) algún pregón se deja oír: el vendedor de huevos de granja, el de peperina, la vendedora de pan casero, la flauta del afilador o el que compra cosas en desuso...
Me traen nostalgias.
Esta vez fue el vendedor de ajos. A veces, mucho caminar y poca venta...
Otro abrazo, querido amigo.
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