Vieja arboleda.
Las hojas nuevas del fresno
rozan mis canas.

12 Comments:

Unknown said...

Una preciosura Juan Carlos.
Me encantó.
Un abrazo.

Xaro La said...

Precioso, bien plasmado, con ese contraste de lo viejo y lo nuevo y la comparación interna...
Un haiku escrito con mucho mimo, gracias Juan Carlos

Un gran abrazo

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, María del Carmen.
Valoro profundamente la constancia de tus visitas y tus siempre amables comentarios. Me alegra mucho poder compartir momentos así.

Un gran abrazo, querida amiga.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias a ti, Xaro.
Hermoso tu comentario.

Siempre me emocionan los viejos árboles reverdecidos; y más aún sentir la caricia de sus hojas nuevas. Con mis años, tener este privilegio, me siento afortunado.

Llegue mi abrazo, amiga.

Unknown said...

Juan Carlos: por las dudas, que no veas mi blog.
No tengo más el correo viejo, me lo bloquearon así que me pasé a gmail y estoy muy contenta.
Te dejo mi correo:
mcarmennazer@gmail.com.
un abrazo .

¡Quiero mi sorpresa !!!!!

Juan Carlos Durilén said...

Perdón, María del Carmen.
Ignoraba que habías cambiado de correo.

Ya mismo te escribo al nuevo.
Muchas gracias.
Va la pequeña sorpresa.

Otro abrazo.

Leti Sicilia said...

Me ha gustado mucho la forma de expresar este haiku, tiene sabor a clásico.

Gracias por compartirlo.

Besos.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias a ti, Leti.
Un gran elogio el que me haces.

El compartir hace posible puentes de afinidad y afecto. También, quizás, un legado clásico.

Un beso, amiga.

Anónimo said...

Hola Juan Carlos.
Aquí llega la que se va pero siempre vuelve.
Tus haikus son una maravilla, me encanta leerte, ese bello sentido en tan pocas letras.
Ya he dado un repaso.
Un abrazo.
Ambar

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, querida Ámbar.
Me alegran mucho tus visitas: siempre vuelves.
Y me alegra saber que prosigues tu camino con lo recogido en este rinconcito.

Lo mejor para ti.
Un abrazo, amiga.

momiji haiku もみじ said...

La vieja arboleda, las nuevas hojas, las canas... ¿nuevas también? :)

Un bonito haiku lleno de contrastes. Pero es que la naturaleza no es sino puro contraste. Y hombre no puede ser otra cosa pues.

Un abrazo grande amigo

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, momiji.
Siempre es grato leer tus comentarios.

Me parecieron interesantes y sugestivos estos contrastes. Y un privilegio: aún puedo caminar bajo los viejos árboles (como yo) disfrutando de esta vida renovada en ellos que, a su vez, renuevan la mía... Y que no solo rozan mis canas, también mi alma.

Otro abrazo, querido amigo.