Inundación.
Un árbol con sus nidos
se hunde en las aguas.

10 Comments:

gorka said...

Buen haiku, compañero.

Y es que se nos olvida que la naturaleza a veces reclama lo que es suyo... Ni eso, es como tiene que ser.

Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Gracias, Gorka.
Coincido contigo. Lo que llamamos "desastre natural" (tragedia para nosotros) es parte de fenómenos de la naturaleza que muchas veces el hombre contribuye a alterar, olvidando que somos parte de lo mismo.

Un placer tu visita, compañero.
Otro abrazo.

mercè said...

bonito y triste...
espero que las posibles nidadas se salvaran, porque es un haiku tan gráfico, que incluso escuchas el piar de los asustados pájaros.
un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

¡Ay, querida Mercé!
Este año ha sido terrible.
Hubo, desgraciadamente, víctimas fatales y daños cuantiosos. Muchas familias lo perdieron todo.
El haiku, apenas, es un detalle de la zozobra padecida.

Gracias por pasar y detenerte. Reconforta.

Un abrazo, amiga.

momiji haiku もみじ said...

Es tremendo este haiku. Al leerlo sentí que una Atlántida se hundía en el agua. Un mundo, un futuro. Además escrito tan austeramente.
La naturaleza, tal como es. Alejada de esa idealización ñoña que a veces le adjudicamos.
Tremenda pero fascinante, auténtica (y bella por tanto), a pesar de todo. Como es haiku.

Un abrazo grande

Juan Carlos Durilén said...

Así es, momiji.
Tu comentario tan hondo, tan sentido, refuerza lo que el haiku muestra de un modo puntual.
La naturaleza desbordada, incontenible, tal como es: desnuda y vigorosa. Esa extraña belleza, a veces trágica, tal como tú lo apuntas.

Gracias, compañero.
Un gran abrazo.

Xaro La said...

Querido Juan Carlos, es increíble que tan sólo con tres versos se pueda remover tantos sentimientos y uno siente que el corazón queda en un puño viendo este nido hundirse bajo el agua, algo en el interior también se hunde; al tiempo que uno también querría alargar el brazo y sacar a ese nido...
Un aware tremendo, hace temblar las emociones

Un cálido abrazo

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias por tan emotivo comentario, querida Xaro. Tan hondo.

El dolor y la impotencia es parte de estos desbordes caóticos y, desgraciadamente, trágicos.
La mirada que se niega a creer. La gente atrapada en el desastre...

Aprecio mucho tu compañía, querida amiga.
Otro largo abrazo.

Rafael Castillo said...

Saludos Juan Carlos: Mucho tiempo sin pasar por tus páginas. Excelente como siempre tu recorrido día tras día. Y este: la naturaleza se cobra su tributo.
Un abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Rafael.
Tu visita, siempre grata, al igual que tus palabras.

Tal como tú lo expresas: la naturaleza en busca de su equilibrio, al igual que el agua, su nivel.

Otro abrazo, querido amigo.