Aire dulzón...
Pisadas en la acera
las moras blancas.

4 Comments:

Leti Sicilia said...

¡Enhorabuena mi querido amigo! Un hermoso haiku que merece ser disfrutado en ambos idiomas.

Un cariñoso abrazo.

Juan Carlos Durilén said...

Muchas gracias, Leti.
Como siempre, aprecio mucho tu visita y la generosidad de tus palabras.

Un gran abrazo desde esta primavera.

CANDIDATURA COA said...

Hermoso haiku, como siempre, Juan Carlos. Te imagino paseando por esas aceras llenas de árboles de tu nuevo barrio, con la camisa manchada de jugo de moras rojas ;-) y a tus pies moras blancas, jejeje
Sabes lo mucho que me gustan esas "fusiones" de cualidades que practicas y que son tan propias del hiaku. Para mí hay algo en común en este haiku entre el color blanco de las moras y el aire transparente que respiras, lo que hace que el dulzor de las moras se pase al aire y la transparencia del aire al jugo de las moras. Al final, todo es uno, como dicen los místicos, pero los haikus recogen el momento en que lo que es distinto empieza a fundirse en ese uno que se anuncia sin dejar por ello de ser distinto. Es un momento de un delicadísimo equilibrio de nuestra conciencia sensible que sabes "retratar" muy bien ¡Gracias! Es un auténtico regalo :)

Juan Carlos Durilén said...

Agradezco profundamente tus reflexiones, Carlos.
Me parecen muy interesantes y atinadas. Es que en este devenir constante, esa fusión de la que hablas, se da naturalmente. Es como un intercambio en la unidad. Una reciprocidad maravillosa en lo inmutable para ser y seguir siendo.

Otro gracias, amigo. Va mi renovado abrazo.