Muchas gracias, Verónica. Tu visita y tus palabras siempre tienen el encanto de lo espontáneo. En ese compartir del que tú hablas está también la esencia del haiku, que va más allá de lo expresado.
Los horneros es uno de los pájaros que más admiro. Su tenacidad y su amor para hacer una casita me emocionan. El poema no es menos emocionante, vale decirlo.
Gracias, Julián. Por tu nueva visita y tu amable comentario. Coincido con vos en admirar a ese pájaro. Me detuve a dejar grabada la imagen de su labor ejemplar. Al pie, por una baldosa rota emergían dos hojitas tiernas. Ambos repondían a ese llamado ineludible de la primavera.
Gracias, Josefa. El hornero es quizás el pájaro emblemático de nuestra Argentina. No tiene colores llamativos, pero cuando canta lo hace siempre con su pareja, combinando y alternando sus gorjeos. Un verdadero dúo. Sobre todo, después de una lluvia. Pero lo que más se destaca es con qué esmero y dedicación construyen su casita de barro. Fuerte y segura. Siempre con su entrada mirando al norte, al reparo de las lluvias y los vientos del sur. Son admirables. Este es mi humilde homenaje en esta flamante primavera.
¡Precioso! Me gusta mucho este momento. Una vez más logras compartir un instante delicioso de forma muy linda. Gracias. Espero que la primavera llegue cargada de buenas vibraciones.
Aprecio mucho tus palabras, Leti. Sin duda, cada estación con su belleza, pero este renacer formidable de cada primavera, tiene el encanto de la vida en flor, exultante, incontenible... Motivos sobran; solo falta poder expresarlos de la manera más fidedigna posible. Bueno, este es siempre el desafío del haiku.
8 Comments:
qué divino Juan! felicitaciones!
lo twitteo para compartirlo!
Verónica
desde JARDIN HAIKU, El Arte de Vivir el Instante
Muchas gracias, Verónica.
Tu visita y tus palabras siempre tienen el encanto de lo espontáneo.
En ese compartir del que tú hablas está también la esencia del haiku, que va más allá de lo expresado.
Un beso.
Los horneros es uno de los pájaros que más admiro. Su tenacidad y su amor para hacer una casita me emocionan. El poema no es menos emocionante, vale decirlo.
Gracias, Julián.
Por tu nueva visita y tu amable comentario.
Coincido con vos en admirar a ese pájaro. Me detuve a dejar grabada la imagen de su labor ejemplar. Al pie, por una baldosa rota emergían dos hojitas tiernas. Ambos repondían a ese llamado ineludible de la primavera.
Un abrazo.
Que captación mas perfecta del momento e imagen.
Precioso. Es un placer.
Gracias, Josefa.
El hornero es quizás el pájaro emblemático de nuestra Argentina.
No tiene colores llamativos, pero cuando canta lo hace siempre con su pareja, combinando y alternando sus gorjeos. Un verdadero dúo. Sobre todo, después de una lluvia.
Pero lo que más se destaca es con qué esmero y dedicación construyen su casita de barro. Fuerte y segura. Siempre con su entrada mirando al norte, al reparo de las lluvias y los vientos del sur.
Son admirables.
Este es mi humilde homenaje en esta flamante primavera.
Aprecio tu compañía, amiga.
Un beso.
¡Precioso! Me gusta mucho este momento. Una vez más logras compartir un instante delicioso de forma muy linda. Gracias.
Espero que la primavera llegue cargada de buenas vibraciones.
Un beso.
Aprecio mucho tus palabras, Leti.
Sin duda, cada estación con su belleza, pero este renacer formidable de cada primavera, tiene el encanto de la vida en flor, exultante, incontenible...
Motivos sobran; solo falta poder expresarlos de la manera más fidedigna posible. Bueno, este es siempre el desafío del haiku.
Gracias, amiga.
Un beso.
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